La otra noche estaba corriendo un PUG en World of Warcraft (soy masoquista, ¿qué puedo decir?), y terminé en un grupo con otro druida que no dejaba de hablar de su clase. No dejaba de contarnos todo acerca de sus asombrosas habilidades, como si nunca hubiéramos oído o concebido tales […]
Articulo original